30 jun 2006

La espera

El camino se vuelve estrecho al andar.
Las veredas suben y bajan;
y con el suave andar de la lluvia
la sangre se desvanece.
Las calles han quedado vacías;
el dolor vuela en el aire
…y…
un par de almas dispuestas,
se cobijan con el tenue rayo de plata.
Y toman de pretexto la luna,
para pactar con un beso de judas;
el amor eterno y callado
los ahoga en aquel prolongado silencio.
Él la mira con ternura;
ella responde sonriente;
olvidan los prejuicios,
mientras la noche los esconde.
Ella calla por temor,
él sabe lo que piensa
—Hoy todo a terminado—
Mientras se sonríen…
Esperarán la noche que sigue,
pues esta vez no ha sido su sangre.

29 jun 2006

Utopía banal (no me odien)

Con respecto a , Dónde queda utoía, la intensión no era hablar de una ideal social, aunque es cierto que nos llegamos a sentir identificados con ellas, tal y como lo dicen las siguientes palabras (buscaré de quién son):

"Viento de la tempestad,
hermano mío,
siento como me llamas..."
Mis sueños son más simplones (por catalogarlos), tal vez por ser banal, sin embargo, leí una frase que gusto compartir:
"Para toda esa carroña humana que vive en los suburbios de todos los pueblos, la civilización , la vida moderna con todos sus halagos, es una dicha, un horizonte al que nunca se llega, que jamás se alcanza, pero que ellos ven desde el negro fondo de sus corazones con torva mirada...
¡Ah, el día que los sufrimientos de esas gentes se vuelquen sobre el resto de la humanidad, el día que los sufrimientos sean colectivos como los goces y los pleceres, ese será el día en que habrá madurado la gente y verdadera revolución mundial!. Pero entre tanto, mientras haya gentes que hayan ganado los estadios más elevados de la vida modernaporque manejan un automóvil, oyen radio y tienen refrigeradores, y para sostentar esa vida hacen que la política no sea otro cosa que un juego de posibilidades y la vida moderna una loca carrera en la que la verdad es sostenida por todas la mentiras posibles y la injusticia el pan de cada día; nada hay que esperar de los hombres, ni de sus lemas, ni de sus ilusiones"
Ya que si bien entiendo, las utopías son propias, "lamentablemente".

28 jun 2006

¿Dónde queda UTOPÍA?


El día de ayer asistí al examen profesional de un buen amigo y ahora colega. Y una de las cosas más relevantes del día de ayer, y que aún hace eco en mi cabeza, es el siguiente pensamiento, con el que me sentí totalmente identificado. Sólo espero emularlo como Benjamín.


Utopía son todos los sueños,
ideas que parecen inalcanzables
las cuales habitan donde el cielo y la tierra se unen.
Hay algunas personas a las que no les importa ser señaladas como locos,
y tratan de conquistar el horizonte.

Para ello:
dan un paso hacia adelante
y el horizonte da un paso hacia atrás,
pero ellos se aferran y

dan cien pasos hacia adelante
y utopía retrocede cien pasos,
los locos caminan mil pasos al frente
y el horizonte retrocede mil pasos.
Algunos se dan por vencidos,
pero los locos no,
ellos se detienen únicamente
para voltear hacia atrás
y notar todo lo que han avanzado.



"Yo soy unos de esos locos,
de los que siempre
tratan de alcanzar lo inalcanzable,
sin importar cuantos pasos deba dar".

26 jun 2006

Tal vez

Tal vez te parezca
la despedida, más
se atenta de estas líneas.
Si no reflejan mis ojos,

entonces cree...

Que la luna esta habitada
por aquel lunático
que observa al mundo
desde la complejidad
del negro espacio.
Donde el tiempo no encuentra
y sólo sorprende
con fugaces ideas
que no dejan más
que la ilusión de aquello
que pudo ser y no lo es.

¿Por qué?
Tal vez por aferrarnos
a ese pasado,
el cual, no permite
disfrutar el presente
y asfixia los sueños del futuro.

Y yo, con las ansias
ahogadas en mis lágrimas
por perder la esperanza
de volver a volar más allá
de aquel infinito cielo azul,
en el que las ilusiones
reposan en nubes,
cargadas de caricias,
dispuestas a precipitarse
en tu esencia.

Y sí mis labios
no hablaran con verdad;
que bello fue mentir
y creerme por un minuto
con la capacidad de amar;
y hoy me engañaría
diciendo que no me importas
con el fin de no sufrir
como sufre aquel
que ha perdido el sentido
que tiene el vivir.

13 jun 2006

Olvidar

Es tarde para negarlo…
sí bien digo que te amo,
también es cierto
que te debo olvidar.
Hoy dejo libre el sentimiento;
partirás con la noche,
no sin antes decirte…

Las calles vacías sólo llevan dolor.
Las estrellas caerán del cielo
como recuerdos que se pierden
en el oscuro espacio de

…Mis ojos…
Me serás extraña por momentos
y me pertenecerás en los recuerdos.
La lluvia borrará tu andar;
mis manos olvidaran el camino
que dibuja tu silueta bajo esa piel,
la cual, sólo un deseo dejará.
Mi boca callará,
la necesidad, poco a poco nos matará
sin que nadie calme estas ansias de fornicar.

Con el tiempo encontraremos

…nuevos sueños…

otros cuerpos donde anclar,
otras almas que nos permitan volar.
Hoy te dejo ir con la noche
y con ella un pasado quedará.
Juro ante la luna olvidar,
y omito la palabra nunca,
para dejarte nuevamente entrar

12 jun 2006

Inevitable

Ve el cuerpo de su tío por última vez. Cierran su féretro gris como la escena. Las personas que han asistido al lugar para dar el último adiós lloran, otras se abrazan, y mientras va descendiendo el cuerpo, Ángel cierra los ojos; le parece que fue ayer cuando él llegaba de la universidad y su madre lo esperaba con algo más que la comida. Se sentaron a la mesa, y antes de servir la sopa, la señora miró a su hijo a los ojos, y con una voz entre cortada le dijo: Tú tío tiene leucemia. Al escuchar estas palabras, Ángel sintió un dolor muy fuerte “¡a mi tío no!”; de inmediato se preguntó en como estarían sus primos, a quienes veía como hermanos. –Pero va ha estar bien ¿verdad?, de seguro se lo han detectado a tiempo, ¿no hay de qué preocuparse, o sí? Los ojos de su madre se fueron anegando poco a poco y con un llanto ahogado contestó: No, las cosas no están bien, a tu tío lo han dado como desahuciado, los doctores no se explican cómo pudo ocurrir. -Por qué lo dices, explícate. -Tu tío se comenzó a sentir mal desde hace seis meses, por lo que acudió al doctor y le mandaron a hacer estudios de todo. Y el doctor determinó que todo estaba bien. Sin embargo, hace un par de semanas el hombre se volvió a sentir mal, se fatigaba muy pronto y además, notó que casi por cualquier contacto se le formaba un hematoma. Y después de esta segunda evaluación el doctor le dijo… Ángel interrumpió a su madre con un abrazo, ella lo cobijó y en voz baja le comentó: …Sólo un milagro…
Los días transcurrieron con las instrucciones de tratar como si nada a su tío, pues el doctor le había comentado a la hermana de la mamá de Ángel que en estos casos lo mejor es tratar al enfermo sin lastima, pues lo único que quedaba era ofrecerle una calidad de vida, esperar por un milagro.
Ángel siempre había sido muy apegado a la familia de su tía. Las reiteradas convivencias de los domingos, algunas vacaciones, esos momentos habían formado en su mente a una familia adoptada (y no es porque Ángel no tuviera a la suya), lo que hizo que el muchacho viera a sus primos con tanta fraternidad, sentimiento que era mutuo, y además, sus tíos lo veían como a un hijo más.
Aún cuando nadie sabía cuanto tiempo quedaba por compartir, todos siguieron con sus vidas normales, festejando cumpleaños, aniversarios. La vida todavía les dejó festejar al tío. Ángel cree que a eso se referían con “calidad de vida”.
Una noche, mientras todos dormían, sonó el teléfono en casa de Ángel, quien despertó de con un sobre salto. Corrió a la recamara de sus padres. No hizo falta preguntar, los rostros lo decían todo. Él salió de su casa. Corrió unas cuadras ha casa de sus familiares, su prima ya estaba en la puerta esperando, pero no a él, sino a la ambulancia; entró directamente donde su tío, sin percatarse de su tía que lloraba en el teléfono; su primo, aferrado ante el cuerpo de su propio padre, lidiaba contra la muerte. Ángel volvió a salir de la casa al escuchar el sonido de una sirena, él tampoco quería que el momento llegara.
Ahora comienzan a cubrir el profundo hoyo en el que su tío ha sido sepultado, mientras Ángel analiza la última escena: La tarde, antes de que su tío abandonara su cuerpo, el hombre había ido al trabajo como cualquier otro día, sin importar su fatiga por las quimioterapias o el descenso de su sistema inmune, provocados por la enfermedad que combatía (el cáncer). En ese instante comprendió que “vivir”, enfrentando a la vida, es mejor que escondernos en nuestra propia lastima.
Ángel mira al cielo y sonríe, y con sus hermanos, coloca una rosa en la cripta.
Con cariño para:
Gerardo Torres Flores y Familia

2 jun 2006

Ahhh qué vida


Cerró de golpe la puerta, dejando atrás el sitio donde se resguarda. Y emprende la caminata cuesta abajo por una calle zigzagueante; durante el descenso, va observando los valles verdes, el terreno aún muestra las marcas de la tormenta nocturna, el sol apenas si se asoma entre la cortina de nubes, y una brisa fresca, que pasa repentinamente, le hace sentir despierto. El cuadro le recuerda a los días de Xalapa. Dobla por derecha y luego a izquierda para tomar la calle principal del pueblo; en la parte media del cerro se encuentran las casas grandes, pues hasta caballerizas tienen, y después de andar unos metros logra llegar a la parada del transporte público.

Parece un día normal. Sube al camión y paga la cuota para llegar al D.F. Ya no alcanzó lugar, tras de él subieron otras personas, se apretujan en el pequeño espacio, como si formaran una amalgama viviente, para dar espacio a una señora con bebe en brazos. Y como de costumbre… nadie sede el lugar; una Cabecita-Blanca se levanta con esfuerzos de su asiento y le indica a la chica que tome su lugar; nadie se sorprende, al contrario, las personas hacen como si no hubieran notado lo sucedido. Otra señora baja más adelante, y nuestra heroína verá recompensada su buena acción del día, ya que nuestro joven protagonista, le indica que tome asiento; es muy tarde, la señora contesta que bajará en la siguiente esquina, y una joven atractiva se hace del lugar recién desocupado.

El chico sigue de pie y aún va apretado en la parte media del pasillo. El niño que va a su lado lo ha golpeado una y otra vez con su mochila durante todo el trayecto, pues va bailando con su hermana las canciones del radio. Un señor despierta incorporándose rápidamente, en su desesperación por bajar anda sin cuidado y le acomoda al joven tremendo pisotón.
Al fin llega a la estación de metro Cuatro caminos, y a empujones logra bajar. Entra a los andenes. Se abren las puertas del metropolitano, esta vez logra tomar un asiento. El transporte da marcha y con el su lectura. En ocasiones lee una novela, otras un cuento o algún ensayo. El tiempo se le va entre anuncios de alta calidad que son para el amigo, la novia, y hasta hay para la suegra.

Después de u largo recorrido llega al trabajo. Saluda a sus compañeros; terminados los protocolos sociales va con su jefe para hacer entrega de su propuesta de proyecto, y este le hace ver que hay cosas que aún no están claras. Sin más que decir se regresa a su lugar para poner en claro sus ideas. ”Con esta si me voy a dar a conocer en grande La fama es mía Al fin tendré dinero para vivir decentemente”.

La jornada laboral ha terminado y emprende el camino a otra pinchita, pues el dinero nunca es el suficiente. Una parte del trayecto la comparte con una compañera a la que le trae ganas desde hace tiempo. Van platicando, cuando de momento lo patean, el voltea y mira de reojo a un hombre de bata blanca (probablemente un médico), y sin darle importancia a lo ocurrido sigue caminado pero el sujeto lo vuelva a golpear y nuestro joven amigo se voltea preguntando: ¿qué pasa?; el sujeto de blanco lo ve con enojo y su compañera le devuelve la mirada de la misma forma. Ambos sólo ven al tipo alejarse y se preguntan qué le sucede, acaso esta neurótico... El tiempo no les deja concluir. Se despiden y cada quien toma su rumbo. Él saca su cartera y se da cuenta de que no tiene ni un duro para comer “Carajo, y todavía tengo que ir a la otra chamba”. Llega a su trabajo y le indican después de dos horas de espera que no hay nada para hoy. Cansado y hambriento se encamina al metro, cuando de momento lo sorprende una tormenta, de esas donde el cielo se desgarra. Llega empapado a la entrada del metropolitano y se acuerda de que no tiene ni para el boleto. Se pone a pedir unas monedas bajo la lluvia, pero lo único que recibe son insultos, después de una larga espera y todo empapado logra juntar los dos pesos. Compra su ticket. Espera a que arriben los vagones. Entra y la gente lo recibe con empujones para evitar ser mojados. Llega a la estación de donde partió en la mañana. Sube a su camión. Toma un asiento. Unas cuadras más adelante sube la Cabecita-Blanca y no le queda más remedio que ceder su lugar. Va parado. Siente que los pies le arden como si caminara sobre carbón. Llega al pueblo, pero aún le falta subir la colina para refugiarse en casa de la tormenta que lo ha acompañado desde que salio de su segunda pinchita. Al fin logra llegar a su casa. Abre la puerta y de inmediato se dirige a la recamara. Se desnuda para tomar un baño. El agua corre y con ella se va el recuerdo del día agitado. Sale de la ducha. Se pone su pijama y se recuesta sobre la cama. Mira al techo y con una mirada perdida en la inmensidad del cielo que asoma un tragaluz concluye “Y todo esto por los cuatro mil pesos al mes, aahhh, qué vida


CaMarA de AmOr

CaMarA de AmOr

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