No existe un solo poder del alma que permanezca inalterable, si quiera por un momento. La mente es una especie de teatro en el que distintas percepciones se presentan en forma sucesiva; pasan, vuelven a pasar, se desvanecen y mezclan en una variedad de posturas y actuaciones. No existe en ella ni simplicidad en un tiempo, ni identidad a lo largo de momentos diferentes, sea cual sea la inclinación natural que nos lleva a imaginar esa simplicidad e identidad. La comparación del teatro no debe confundirnos: son sólo las percepciones las que constituyen la mente, de modo que no tenemos ni la noción más remota del lugar en que se representan esas escenas, ni tampoco de los materiales de que están compuestas. ¿Qué es entonces lo que nos induce a asignar una identidad a esas percepciones sucesivas y a creernos en posesión de una existencia invariable e interrumpida durante toda nuestra vida?
David Hume.
Por momentos no me reconozco. Y lo siento. Pero olvidar a Clío ha sido difícil. Quizá porque me aferro a los recuerdos de un café moka. “Pero como serás bruto Ozhomatli No te das cuenta de lo que puedes perder si sigues con esa actitud”
Y pensar que para lidiar sus miedos, después de haber recorrido su cuerpo, las noches con lluvia y estrellas que estallaban cuando sonreía, dejando una luz en sus ojos y, llenaba la habitación con el silencio de su insomnio para velar mis sueños donde recordaba sus caderas, la tormenta que era bajo su cuerpo arañando los cristales; la luna que llenaba de rosa sus pezones, de semen su vagina, y yo la acariciaba en las calles llenas de autos, que iban y venían, como las personas que corren e impiden el paso, teníamos que correr bajo un techo que cubriera nuestros cuerpos, y la llenaba de besos bajo las sabanas de mi cama que guardaban su aroma, el cual me excitaba al mirarla desnuda, su piel suave como sus manos cuando abrían la cremallera, fría como sus dedos cuando rosaban mi verga, y entonces te quitaba los pantalones azules como el cielo que nos cubre y guarda en el mundo donde éramos dos para formar un entero y en lugar de restar sumaba los momentos en que sólo éramos más que dos cuerpos que se miran tranquilos y apacibles; quizá por que ella tenía miedo de un día volver a la soledad de ese cuarto, donde ahora duerme. Entonces le susurraba por la madrugada, come il vento tra le fiori abrazándola fuertemente contra il mio corpo e con dolcezza ho deto:
“Quién no se lanza mar adentro nada sabe del azul profundo del mar y del agua, ni del hervor que bulle en el fondo; nada sabe de las noches tranquilas; cuando el navío avanza dejando una estela de silencio; nada sabe de la alegría de quedarse sin amarras, apoyado en dos, más seguro que el mismo océano”
Después de Clío me ha costado trabajo dimenticare, sin embargo no se puede andar por la vida escondiendo el corazón, es difícil dejar de sentir, y si se lograra llegar a ese punto, la existencia se volvería mundana al suprimir las percepciones, la nubule perdi la stampo para entonces morir…
El desamor tiende a la entropía pero siempre habrá alguien que llegue a ponerle orden a nuestras ideas, a nuestros escenarios, sólo es cosa de dejar que entre a nuestro mundo que se dibuja y volver a sentir.